domingo, 11 de mayo de 2014

VOLANTEEE!!! SE METIERON

El español es una lengua romance, es decir históricamente derivada del latín; por esta circunstancia su léxico, en un altísimo porcentaje, también proviene de esta lengua. Pero en las calles tenemos un español que se enriquece todos los días. En Colombia nace un dialecto nuevo con raíces de Boyacá, Antioquia, Caldas, Meta, Sucre. Es el PARLACHE. Se habla pero para poder hablarlo se debe vivir. ¡No es creyente? El parlache nace en las cárceles de Colombia recreado con miles de términos a diario cada vez que una nueva experiencia marca un hito en la historia de su población. Si sabe!. Hace ya veinte años que en Colombia surgió un término que poco a poco fue ganando gargantas, bocas, que lo pronunciaban. Pues bien, es el claro ejemplo de ¡El aparcero! La deriva de Aparcería. (Def. Contrato por el cual el dueño de una finca la cede en su explotación con reparto proporcional de los frutos o beneficios. Aparcero; Persona que tiene aparcería con otra (sinón y. granjero) Ant. Amer. Compañero.) Hoy ¡EL PARCERO! de un colombiano puede estar trabajando en el mercado callejero de las Ramblas, o en Nueva York, o en alguna ciudad remota donde haya un colombiano que se identifique de alguna manera con el parlache en los últimos 20 años de su vida. Y es que en la Cárcel las celdas, los televisores, las comidas, la droga, tienen un contrato de aparcería ya que encontramos una población flotante. De modo que quien se va en libertad o sale de prisión y tiene algún negocio en particular, debe encontrar quien lo administre lo que deja. Y ahí tenemos el parcero. Sin embargo en la cárcel nada es de los presos. Todo es del Instituto Nacional Penitenciario “INPEC”. Y constantemente realizan Raquetas, Batidas. Las conocidas volantes en las que el personal de la guardia le da duro al personal de internos y dependiendo de la calidad de la cárcel estas Volantes pueden traer incidentes lamentables aparte de los decomisos que normalmente se hacen. Este es el caso de una de esas. VOLANTES ¡Uno adentro! Fue el grito en la mañana luego del desayuno. Este martes nueve de Agosto. ¡Dos adentro! …Tres adentro…VOLANTE VOLANTE!!! De inmediato en cada pasillo del patio se prende el afán de esconder sus objetos más valiosos, dinero, alimentos, teléfonos celulares, armas blancas, radios, etc. Mantener las pertenencias a salvo a cualquier costo ya fuera legal o ilegal. Los guardias no distinguen y entran destruyéndolo todo. Las pertenencias crean una ilusión de propiedad, que evaden la sensación constante de despojo de la ciudadanía. De la libertad, De la única propiedad. Se trata de la vida misma. ¡Al patio señores! ¡Bajemos, Bajemos! Repite el guardia que ingresa al pasillo donde vivo, mientras arrea a la multitud con su bolillo y un tarro de gas pimienta. En el patio cuatro filas de guardias nos esperan para requisarnos. Allí sin nada en las manos os presos. Los guardias buscando objetos ilegale. Nos quitamos y ponemos la ropa mientras el guardia la observa. Salimos del patio y nos llevan a la capilla de La Cárcel Nacional Bellavista. Con una capacidad de ochocientas personas, nos meten a 1500 que vivimos en el patio octavo. Apiñados allí pensamos en miles de cosas. En la razón que nos llevó allí adentro. Y en lo que debemos cuidar. Como me irá esta vez. En la fila del frente y diagonal a mí las locas. Celebrando que coronaron. Pasaron la cripa, el perico y fajos de billetes en el recto. Celebran haberse ganado unos pesos. Prenden un porro! De pronto empiezan a discutir entre ellos por monedas. Les gritan ¡PIROBOS! Los gritos se contagian y pronto toda la capilla; mil quinientos hombres, azuzando a los que hacia 20 minutos habían salvado la merca. Las naranjas del desayuno se convierten en los proyectiles que lanzan a los pirobos (así les gritan) Tratan de abrirse paso hacia la salida y en el camino patadas, coscorrones, puños, Uno de ellos sangraba. Su mirada desesperada buscaba alguien que detuviera el caos. Hasta que cayó en el suelo y le seguían dando allí. En posición fetal con las manos cubriendo el rostro. Abren la puerta, tema olvidado. A correr a los parches para el balance de pérdidas. Las locas también olvidaron todo. Corriendo a recuperar el sitio; El lugar que se ha ganado dentro del patio. Todo revolcado, hecho hilachas, la destrucción. Otra vez empezar de cero. En realidad se puede perder mucho más que la libertad allí dentro. El Amor propio, la solidaridad, la dignidad humana, tus derechos.Existen infiernos que no se dejan a tras BELLCORE

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